domingo, 21 de diciembre de 2008

NO DESCONGELES LA NEVERA CON UN BOLÍGRAFO*


La vi hace mucho tiempo. Cuando no sabía que Tom Waits era Tom Waits; ni Raúl Juliá, Raúl Juliá; ni Frederic Forrester, Frederic Forrester; ni Harry Dean Stanton, Harry Dean Stanton. Natassja Kinski, sí. Y Coppola, también.
Corazonada pertenece a esa categoría de películas -categoría quizá inventada por mí porque suele sucederme- que TIENEN que gustarte (películas de culto las llaman) y que finalmente y en resumidas cuentas suelen ser un rollo. Esta no. Corazonada es disfrutable de principio a fin. Mágica. Maravillosa. Teatral. Cómica. Luminosa. Preciosa. Diferente. Un moderno e irónico cuento de hadas con una estilizada estética adorablemente kistch (arrancaban los ochenta...). Una hermosa y agridulce fábula musical sobre el amor. Un sueño. Ya se lo decía el propio Coppola a su equipo: “Si dudáis entre hacerlo realista o bonito, hacedlo bonito”.

Hasta ahí la película. Acto seguido, vuelvo a verla. De nuevo. Entera. Esta vez, con los comentarios del director. Sencillamente magistral. Coppola siempre me ha caído bien. Porque es un genio, un visionario, un soñador y un megalómano. Porque es tenaz en su temeridad (empeñó bienes personales y los perdió por terminar Corazonada; y después, después le tocó vender su estudio Zoetrope y se pasó de los 40 a los 50 pagando deudas: siete películas en siete años tratando de tapar los agujeros tras asumir tanto riesgo). Porque está loco. Y porque algunas de las ‘intrahistorias’ de sus rodajes son tan buenas o más como las películas en sí (recomiendo el libro Con el corazón en tinieblas, escrito por su mujer Eleanor Coppola, durante la infernal filmación de Apocalypse Now).

Los extras de Corazonada, para verlos. Todos. Fascinantes los entresijos de la filmación (¡la manera en que la cosa se le va de las manos a Coppola que pretendía hacer una película ‘sencilla’!). Formidable la revolución que supuso a nivel técnico para la industria del cine. Increíble la creación de la fábrica de sueños Zoetrope a imagen y semejanza de los viejos y familiares estudios de los años 30 y 40 (Coppola siempre ansioso de trabajar con SU clan, o en su defecto, de fabricarlo para la ocasión). Emocionante cómo los empleados aguantan sin salario, convencidos de que todo saldrá adelante y que hay que seguir con la corazonada y hacerla real. Dramático el desenlace final: Corazonada fue un descalabro, ni el público, ni la crítica la quisieron; herida de muerte, sólo estuvo algunas tristes semanas en cartel (Francis decidió retirarla unilateralmente)... Todo esto, por no hablar del brillante capítulo dedicado a un joven y guapisimo Tom Waits.

Corazonada: un hombre y su sueño.


Notas a pie de página:

- Quiero una chapita como la que sale en uno de los extras: “I believe in Francis C”.
- No entiendo por qué a muchos de los fans de Moulin Rouge no les entusiasma Corazonada. La pesadísima pesadilla estética de la Kidman y el pobre Ewan es deudora (aunque no le haya cundido demasiado) de esta obra maestra de Coppola. Y, hablando de ‘homenajes’, el director confiesa algún que otro ‘robo’ en Corazonada (la primera escena, sin ir más lejos, está ‘fusilada’ de Ciudadano Kane). “Róbales a los mejores”. Francis dixit.

(Y qué partidazos esta temporada de la Liga ACB).


* La frase que da título a esta entrada pertenece a una de las canciones de Waits para Corazonada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

En mi opinión, el único problema de Corazonada es que está dirigida por Coppola: si la comparas con la mayoría del resto de su filmografía, queda entre las tres peores.

Anónimo dijo...

No la he visto, pero si es igual o peor que Tucker, Jack, Jardines de zzz piedra o Legítima defensa, entonces, créeme HC, Corazonada tiene más de un problema.

Aún así la marco como pendiente y este post ha despertado mi curiosidad. La veré.

Por cierto ,y por si alguien me lee, esta noche ponen en la 2 la primera parte de la Mejor Juventud. A mí me encantó.